Buscar este blog

lunes, 29 de febrero de 2016

No tengo remedio




Hace poco una amiga me pidió que escribiese un relato para un blog en el que colabora. Yo fui muy aficionada a escribir, aunque siempre me gustó más leer. A veces pienso que más que vivir la vida me limito a leerla.

Pero llega un momento en que debes centrarte en tu propia historia, en tu pasión o tus pasiones. Trazar tu propia senda, sea correcta o no. 

Conseguí durante muchos meses e incluso años no escribir casi nada, alejarme de mi pasión prohibida, de mi gran amor frustrado. Sabía y sé que no tengo talento, que desconozco las técnicas y que, por mucho que ame escribir, se me da francamente mal.

Me centré en otras cosas, estudiar, trabajar y pelear contra mis demonios. Había días tan malos que ni siquiera podía disfrutar leyendo. Uno de esos días escribí una entrada para un futuro blog(o más bien un diario privado) titulada 'Vivir en escala de grises', que pensé que nunca vería la luz. Quizá algún día me atreva a compartirla con vosotros.

Pero fue ese relato por encargo, que escribí a duras penas, lo que me hizo renacer. Fue como cuando ves a tu ex por la calle y te das cuenta de que nunca has dejado de amarle. Pensé: ¡Maldita sea, he vuelto a caer! Fue una convulsión, un terremoto. Pero también fue como una fuente de agua pura en medio de un desierto. No me di cuenta de la sed que tenía hasta que bebí agua de nuevo. 

Después de ese pequeño escrito surgido de mis dedos no paré de teclear, de crear personajes e historias con mi mente. Y conté una historia tras otra. Recuperé viejos archivos que me olvidé de borrar del ordenador, viejas neuras y fantasmas a los que quise insuflar vida de nuevo.

Y de repente la vida ya no es gris, vuelvo a estar ilusionada, todo ha recuperado su color. Es como la primera noche que sales con tu gran amor. Como el primer te quiero sincero que dices y te dicen. Como la melodía de tu canción favorita. Se parece mucho a estar enamorada. 

A estas alturas igual estais pensado  ¿Qué se ha fumado la loca esta? Os juro que nada, que ni siquiera bebí nada hoy. Tal vez no estoy cuerda, tengo que admitirlo. Nunca me había sentido tan libre, tan yo misma.

Estoy, de nuevo, profundamente enamorada de la literatura y de la vida.



sábado, 27 de febrero de 2016

Libros de... ¿autoayuda?

He leído y aún leo a veces libros que prometen cambiar mi vida. Que afirman que tenemos el poder de cambiar nuestro carácter, nuestra personalidad y triunfar en la vida. Muchas veces los ojeo por simple curiosidad. Y no me suele gustar lo que veo. Me hacen preguntarme¿Qué se supone que es el éxito?¿ Es algo universal o depende de cada uno? ¿ Por qué tanto empeño en cambiar?

Por supuesto no me creo a pies juntillas todo lo que leo y menos de esas fuentes que prometen tanto. Parecen dirigidos a lectores crédulos que buscan trucos y soluciones fáciles. Algunos directamente son un timo. Pero entre estos libros encontré alguno más modesto, más realista, que no promete el oro y el moro, sino que da consejos para mejorar.

Y de eso se trata, mejorar. Porque una vez decidido que debo cambiar, o más bien, que quiero cambiar, se plantean muchas preguntas¿en qué debo convertirme? ¿ y eso cómo se hace? Sinceramente, ¿merece la pena el cambio?

El carácter no es tan maleable como pensamos. De hecho hoy día  hay quién cree que en una parte importante es genético. No es como cambiar de chaqueta. Además, ¿y si cambias para peor? Parece que debas volverte optimista, asertivo y positivo a toda costa. Yo creo que ese tipo de cambios no son la clave.

Hace ya un tiempo descubrí la psicología cognitiva de la mano de Rafael Santandreu. Y, por una vez, lo que leí en sus libros y vi en el programa de televisión en que colabora, me empezó a convencer.

Básicamente , este psicólogo afirma que necesitamos muy poco para ser felices. Habla de "bastantidad" y de liberarse de necesidades inventadas que nos amargan y nos lastran. Y viene a decir que ya tenemos todo lo necesario para ser felices, que lo demás son deseos y no necesidades.

Me gustaron sus ideas, aunque no esté de acuerdo con todas ellas. A mí el término felicidad no me gusta, prefiero llamarlo bienestar o saber estar. Porque otro tema que trata con bastante acierto es el miedo al aburrimiento. Muchas veces hay que saber estar sin hacer nada, centrandonos en el momento, en el simple placer de la existencia.

Me atrajo de estos libros en especial su referencia a personas reales y muchas veces conocidas que el autor pone como ejemplos, no de superación, sino de saber vivir. En sus páginas encontré también referencias a pensadores y filosófos de la antigüedad y ejemplos de personas anómimas que el psicólogo trató en su consulta.

Pero lo que más me atrae de todo esto es su método, que consiste en trabajar razonando, con el pensamiento. Además su narración es amena, todos podemos entenderla y la lectura se hace ligera. Creo que todos deberíamos echarle un vistazo de vez en cuando a libros como este.

Pero no quiero desvelaros más. Solo decir que si os interesan estos temas, hay abundante información en la web, los libros y demás medios.

Y es importante porque, en el arte de vivir, todos somos aprendices.

miércoles, 24 de febrero de 2016

Buffy, Cazavampiros

Se me hace difícil explicar lo que esta serie de televisión supuso para mí. Explicarlo con palabras al menos, igual con fuegos artificiales sería más fácil. 

 Nunca antes me había enganchado de esa manera a nada que no fuese un libro. Esperaba impaciente cada capítulo y me enfadaba si no podía verlo. Ni siquiera  'Perdidos' (serie aclamada y de culto donde las haya)me enganchó hasta ese punto. 

Después de años de que el chico guapo fuese siempre el protagonista, quién patease a los malos y salvase a la desvalida y típica chica guapa casi siempre iniciando una insípida relación de amor con ella ( en ocasiones metida con calzador),  por fin cambiaron las tornas. Llegó Buffy Summers,  la chica rubia y con buen tipo,  para salvar al mundo, patear culos de malvados y clavar estacas.  Y era la que se metía hasta el cuello en problemas para rescatar al chico, chica o lo que fuese. Pero no era perfecta, tenía sus debilidades, sus demonios propios y eso la hacía más humana. A veces incluso cumplia el cliché de rubia tonta, sobre todo en la primera temporada. Ya era hora de que algo así llegase a la televisión.

Y estaba Angel, que distaba de ser el héroe perfecto. Era un personaje atormentado y arrepentido. Un depredador que escondía los colmillos, en eterna lucha contra sí mismo.Creo que fue el primer "vampiro bueno", aunque en ocasiones era para tenerle miedo. 

Sin embargo, uno de mis personajes más queridos era Xander. Su eterna atracción por Buffy,  su relación de amor- odio con Cordelia y su gran lealtad para con sus amigos. No dejaba de parlotear en todos los episodios. Junto a Cordelia, ponía el toque de humor, siempre tan necesario. ¿Le recordais bailando como Snoopy? A veces parecía tan idiota y metía tanto la pata que me recordaba mucho a mí misma. 

Aunque también me identifiqué con Willow, la bruja que vivía entre libros y ordenadores.Enamorada al principio de Xander,  Willow fue uno de los personajes que más evolucionó a lo largo de la serie. Todos los protagonistas e incluso los secundarios fueron creciendo, avanzando.  Pero ella pasó de ser tímida y asustadiza a descubrir su gran potencial. Y me dio más de una sorpresa tanto en el mal como en el buen sentido.
 
¿Y qué puedo decir de Oz, el hombre lobo? Citando al gran Xander:"Oz no diría nada, pero me apoyaría".  Era el más callado del grupo y, tal vez, el que más tenía que contar sobre lo que es tener miedo de uno mismo, de lo que puedes llegar a hacer.

Cordelia, en principio parecía que iba a ser la mala, la rival de Buffy, la que la fastidiaba todo lo que podía. Típica reina del baile creída, era la popular  del instituto. Pero a mí me resultaba muy tierna y, sobre todo, muy graciosa. Soltaba a bocajarro, caiga quién caiga,  todo lo que se le pasaba por la cabeza. Si visteis el episodio en el que Buffy podía leer la mente, se ve con claridad.

Giles, el vigilante, ponía (junto con Tara) la nota de cordura en el grupo. Era el hombre experimentado, tranquilo y aparentemente inofensivo, pero con un  pasado turbio. Y es además un personaje muy bien interpretado,  las caras que ponía eran memorables. 

Tara, la bruja tímida y tranquila, tuvo un papel corto pero relevante. Sobre todo relacionado con la evolución de Willow. Fue su pareja y con quién descubrió sus poderes mágicos. 

Estaba también una ex demonio, en ocasiones mala y en otras demasiado buena que no se acostumbró nunca del todo a vivir entre humanos. Hablo de Anya, la novia de Xander. 

Y otro de mis favoritos Spike, o 'William el Sangriento'. Empezó siendo el malo malísimo novio de Drusila. Era el terror de las  cazavampiros y acabó por ser, en palabras de la propia Buffy, " mi guerrero más fuerte".

La única fase que no me entusiasmó de la serie fue la de " La iniciativa" con Riley como novio perfecto de Buffy (perfecto hasta que dejó de serlo, claro) 

La serie es atípica en muchos aspectos. El más notable es la gran libertad creativa que tuvieron sus guionistas. Creo que fue la clave para que llegase a convertirse en la serie de culto que aún hoy día es.

Así, hicieron un capítulo de cine mudo, otro tipo musical, uno de un futuro alternativo en que la historia cambia por completo, otro consistente en sueños y fantasías de sus protagonistas... Y el épico episodio en que Buffy podía leer la mente ¡Cómo olvidarlo!

Si aún no la habéis visto igual os la he chafado un poco, pero creo que es una serie que realmente merece la pena.

domingo, 21 de febrero de 2016

De libros y pelis

Hay cosas que nos apasionan, nos hacen soñar despiertos y nos llenan de sentimientos. No son  meros pasatiempos, son instrumentos para llenar el tiempo de vida. Para vivir otras vidas a través de la ficción, para aprender y comprender otras realidades.

En mi caso, son los libros. Me chiflan los libros de todo tipo: de consulta, de literatura, técnicos, de ficción y no ficción. He de reconocer que no soy muy aficionada al cine, voy a veces y siempre acompañada. En  muchas ocasiones me aburre.  Tampoco es que me entusiasmen los videojuegos, exceptuando los clásicos.

Pero algo que me fastidia es que comparen los libros y las películas. Por poner un ejemplo, 'Blade Runner' y '¿ Sueñan los androides con ovejas eléctricas?' Ambas son obras maestras, pero son diferentes. Yo veo muy lógico que así sea y no comprendo bien ese afán de pretender que una película basada en un libro sea exactamente igual a éste. Son formatos diferentes, modos distintos de crear. Y tienen diferentes limitaciones.

En el caso de 'Blade Runner', como en casi todos, me gusta más el libro. Y no porque la peli no sea buena, todo lo contrario, pero un libro permite desarrollar más aspectos concretos. Permite profundizar en los personajes, en la psicología y en el ambiente. Una peli depende más de la acción que de la descripción, pues lo estamos viendo pero pasamos muchas cosas por alto. Y está el tiempo. Puedes escribir una novela que se tarde horas en leer, incluso días. Una película no debe durar mucho o cansará al espectador, no como en las series de televisión, que a mí personalmente me gustan más.

Pero ese es otro tema y quizás sea tratado en otra ocasión.

jueves, 18 de febrero de 2016

Bienvenidos al desván



Hoy quiero recibiros en mi guarida, en el desván. Un espacio mío pero creado para compartir con vosotros, como un cuarto de juegos.

Este no es un lugar polvoriento, mi atestado de objetos inservibles. Este es un lugar cómodo, con una mesa desvencijada, un par de sillas y un sofá viejo. Una habitación con mucha luz y buenas vistas.  Un sitio antiguo,  concebido para la reflexión, para la soledad y el pensamiento. Pero también está pensado para la conversación tranquila, para el juego, para distraer al cerebro.

Lo que vais a encontrar aquí son fragmentos de relatos que escribo y mis comentarios sobre libros y otro contenido cultural que me guste o me llame la atención. Por supuesto se aceptan sugerencias. 
De vez en cuando escribiré alguna entrada más personal, como esta misma de hoy, en la que simplemente me dedico a divagar.

Divago bastante a menudo, aunque me dijeron una vez que tengo la cabeza bien amueblada. No supe como tomarme ese cumplido. En realidad, tengo la cabeza casi vacía, solo lo esencial. Pero llena de espacio para moverme y estar bien. Creo que a veces nos sobrecargamos de cosas, nos aferramos a ellas. Y así se vive peor.

Hace unos años por estas fechas tuve una temporada mala, aunque no fue nada grave. La enfermedad cambió mis planes, mi vida. Antes me pasaba el día corriendo de un lado para otro, tratando de arreglarlo todo, de hacer todo bien y a tiempo. Pero tuve que pararme. Era como si no hubiese suelo bajo mis pies. Sin embargo, pronto comprendí que el abismo estaba en mi interior, en mi mente llena de trastos inútiles, y que seguía teniendo un suelo para poner los pies en él. Pero tenía que querer hacerlo. Y para ello había que dejar que el abismo se tragase todo eso, que hiciese sitio.

La enfermedad me cambió y, en muchos aspectos, fue un cambio positivo. A pesar de todo lo malo que conlleva, fue para bien. Y creo que llegó la hora de compartir parte de lo que aprendí y de lo que aprendo día tras día. Dejar de ser una mera lectora y poner mi granito de arena en este océano inmenso de Internet por el que navegamos.

Espero que lo disfrutéis tanto como yo.

Bienvenidos.