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lunes, 27 de junio de 2016

Fragmento de " Viviendo en punto muerto"

La voz de Aurora Beltrán resonaba en los oídos de Raúl. “Hay tanto ruido en mi cabeza, espero no perder la fe”.
 Estaba en el centro comercial más grande de la ciudad, rodeado de gente que aprovechaba el fin de semana para hacer sus compras, tomar algo o simplemente pasar el rato. Pero ni toda la gente y el estruendo del mundo acallaban su cabeza. Como decía la canción, había demasiado ruido allí dentro.
Un chico le paró cuando deambulaba por los anchos pasillos, entre las tiendas, esquivando gente, carritos de la compra y sillas de bebé.
-¡Ei!, Raúl, tío. ¡Cuánto tiempo!-dijo el chico, rubio y alto, sonriendo.
-Hola Carlos-dijo Rául, con su seriedad habitual.
-¿Cómo estás? Hace mazo que no nos vemos. ¿Cómo te va?
-Bien, bien. Todo bien.-Raúl titubeó un momento antes de continuar con una charla insulsa- ¿Y tú?
- Bien, voy a comprarle algo a mi chica. Oye, nunca creí que lo dejarías. En el equipo te echamos todos de menos. ¿Por qué no quedamos para una pachanga alguna vez?
-Sí, claro, algún día-calló un momento y luego añadió- Avisadme cuando quedéis
Echó a andar,  pero su amigo le retuvo cogiéndole del brazo.
-Espera , hombre ¿Y si te pasas por el entreno un día de estos? Todos se alegrarán de verte.
Raúl se puso nervioso, se soltó de golpe con torpeza, sin siquiera despedirse de Carlos y salió del centro comercial. Caía una llovizna fina y aprovechó para ponerse la capucha de la sudadera por encima de los auriculares. Encendió de nuevo el MP3 a todo volumen. Aurora Beltrán cantaba: “Que en las miradas ya no quede nada, nada, nada,…”
*Nota de la autora: La canción que escucha el protagonista es ' Quedan las sombras' de Tahúres Zurdos.

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